El dia 3 el traidor Lee dijo que "se enfrentara varias veces mas duro al Norte si este provoca" y solicito a un pais que se transmitiera tal postura. Ademas, agrego que el combate naval en Mar Oeste de Corea en 2002 fue provocado por el Norte a base de la estrategia.

El 29 de junio, Lee acuso a la RPDC diciendo que los incidentes de la corbeta surcoreana "Cheonan" y de canonazos de la isla Yonphyong constituyen una provocacion premeditada del Norte, y hace poco durante su gira por los paises extranjeros, dijo en tono acalorado que "si provoca el Norte, le haria recibir mayor castigo".

Esto es una desesperacion ultima de un cadaver vivo en visperas de su muerte.

Ahora la banda traidora se tiembla de inquietud y miedo extremados ante el coraje de venganza despiadada de los militares y civiles de la RPDC frente a sus crimenes antinacionales y antieticos.

La crisis de gobernacion del traidor Lee llego a un estado irreparable antes de terminar el periodo de su mandato y la camarilla traidora esta a punto de arruinarse por los casos de corrupcion de tamano especial de sus parientes y colegas y las maniobras para concertar el convenio militar con Japon.

Los disparates provocativos de Lee devienen una accion miserable destinada a animar a sus camarillas empapadas de delirio de persecucion por sus crimenes cometidos ante la nacion, rescatar ni en lo minimo su popularidad desgastada, desviar la opinion publica muy indignada, y asi salir de su peor crisis.

Debido a las locuras imprudentes de la banda de Lee bajo el amparo de su amo norteamericano, se ha hecho mas tensa la situacion de la Peninsula Coreana y mas grave el peligro de guerra.

Las circunstancias creadas comprueban evidentemente que el destructor de la paz en la Peninsula Coreana es precisamente EE.UU. y la banda titere surcoreana.

Aunque la banda de Lee actua con frenesi bajo el abrigo de EE.UU., este tampoco podra protegerla de nuestro despiadado fuego de castigo.

Es la ley que el final de un lacayo es tragico y le caen solo el desamparo, la destruccion y la muerte.

Si el traidor sigue actuando con imprudencia, repetira los destinos tan tragicos de sus antecesores Syngman Rhee y Park Chung Hee y de los lacayos proyanquis del Sur de Vietnam.